A lo largo de la vida, vamos conociendo y relacionándonos con distintas personas, algunos de ellos se transforman en personajes inolvidables, tuve la suerte de conocer a mi vecino de barrio , Oscar Pregnan Aravena, más conocido en ese entonces con el apodo de “ Monin “, quién desde temprana edad tuvo una sensibilidad social y capacidad de convocatoria poco común, Digo esto, porque recuerdo que en las semanas previas a Navidad organizaba a los jóvenes dieciocho-añeros , recolectando juguetes y utensilios usados, procediendo a arreglarlos , mejorando su presentación y funcionalidad, consiguiendo espacios para almacenarlos, y, así, llegada la semana del 24 de diciembre, iban con unos carros de madera , repartiéndolos puerta a puerta en poblaciones de extrema pobreza.
Esta actividad la llevó a cabo durante años, fundando un movimiento conocido como “Las Urracas” que se trasformaron en un referente de la recolección y reciclaje de bienes en pro y beneficio de personas necesitadas, dándose maña para estudiar leyes, tocar la armónica, y, transformarse en un personaje distinguido de la comunidad.
Es curioso que tenga recuerdos tan nítidos de esos años, porque nos separan algo así como una docena de años, pero, supongo que mi mente infantil lo observaba como a un héroe popular, admirado por ese empuje juvenil que lo llevó a postular que debía alfabetizarse a los indios Araucanos, educarlos como a cualquier chileno, circunstancia que hoy suena como tan natural, pero, en aquellos años eran palabras incendiarias, propias de revolucionarios y agitadores, mencionando de paso, que todo lo que recuerdo de estos jóvenes siempre estuvieron ligados al mundo de las ideas, jamás observé actividades de protestas y/o violencia de ninguna especie. Hago extensivo estas reflexiones a Horacio Gaete y José Aravena, cuñados de Monin, quienes se las arreglaban para impulsar actividades deportivas , futbol, atletismo, crear escenarios públicos para dar películas al aire libre, producir obras de teatro, disfrazando a los muchachos y muchachas en los distintos roles, celebraciones del palo encebado, fiestas de volantines, y, otras actividades costumbristas de la chilenidad.
Años más tarde me enteré que esos postulados referentes a la alfabetización de los indios, fue considerada como inclinaciones de ultra izquierda que a juicio de las autoridades deberían ser reprimidas, procediendo a encarcelar a este idealista como si fuera un delincuente común, No sé cuánto tiempo permaneció detenido, y desconozco si fue torturado, lo que sí recuerdo es que el mismísimo Abate Pierre, fundador de los Traperos de Emaus, intercedió por él, logrando extraditarlo a Francia, dónde, según entiendo trabajó , convirtiéndose en su secretario personal. A partir de allí , sólo escuché comentarios ocasionales y noticias provenientes de encuentros casuales con antiguos conocidos del barrio, que a veces me topo cuando visito a mi madre, residente del mismo vecindario desde hace cincuenta y tantos años.
Aquí pareciera terminar la historia, sin embargo, algo así como cuarenta y cinco años más tarde, tuve la oportunidad de compartir unos breves minutos con él, las líneas de la vida, las canas y el tiempo estaban presente en su rostro, sin embargo, sentí esa misma admiración infantil frente a este tremendo personaje, que hoy supuestamente se declara retirado del quehacer activo, sin embargo mantenía con la misma fuerza las ideas a las cuales dedicó su vida, Como resulta obvio, él posiblemente ni siquiera me tenía entre sus recuerdos, sin embargo, creo que lo sorprendí al explicitarle que era parte de mi paisaje espiritual, relatándole los pasajes y entresijos que describo en esta nota, y, que publico en el blog como un pequeño homenaje a su persona.
noviembre 18, 2007
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