Palabras acerca de mi madre

Recientemente, falleció mi madre, suceso que era esperable dado que estaba próxima a cumplir 95 años, mencionando que su partida fue tranquila sin sobresaltos, libre de dolores, padecimientos, simplemente, como expresó mi hermano Pepe, se apagó como una vela, cansada de la vida, el reloj del tiempo dejó de funcionar.
El lunes desperté recitando poesías sobre la muerte de Dulcinea, ( ¿ premonición ,clarividencia ? ), debo explicar de paso, que hace muchos años, tuve una conversación respecto que yo la veía a ella,( mi madre ), en un doble rol, lúdico y fallido, por una parte, existía la mítica Dulcinea, la doncella que encendía las pasiones de Don Quijote, y, por la otra, Aldonza Lorenza, la mesera de taberna de pueblo. Ambas son la misma persona, pero, una es una dama imaginaria, poética, imposible de superar, y, la otra, encarna a una sencilla , pero, muy real mujer de pueblo, con virtudes y defectos propios del ser humano. Recordando que en los momentos que el caballero andante emprendía sus aventuras, supuestamente, en un estado de enajenación, locura, la muchacha de taberna, ( Aldonza), se transformaba en la doncella más pura, casta, y, hermosa que pudiere darse en toda la cristiandad,( Dulcinea). Mi madre cargaba con esta alegoría poética a cuestas, entendiéndose por ello, que no fue poeta de esos que escribe poesía, sino, por la forma de vivir y observar la vida, siempre primó la mirada idealista, irreal de ensoñación, actuando con la esperanza cierta de un mundo mejor, ( Dulcinea), pero, convencida que debía ser activa en este proceso, no sólo contemplativa dejando que las cosas sucedieran ; y, a la vez, una muy real y concreta profesora normalista, eficiente y eficaz educadora, más tarde directora de escuela, administradora práctica y aterrizada de los recursos asignados , ( Aldonza). Esta conjunción de imaginaria- irreal con concreta-práctica , fue la tónica en la vida de mi madre, cumpliendo como profesora con sus alumnos, no limitándose a enseñar asignaturas, castellano, matemáticas, historia, sino, más bien, entregando un mensaje práctico que apuntaba a hacer mejores personas con valores absolutos, respeto, honradez, generosidad, lealtad, entrega, compromiso, entre otras virtudes del diario vivir, higiene, estilo de vida, educación cívica, que era muy importante en la vida de esas niñas y niños de ese entonces, semi-rurales, provincianos, podría decirse,
En esta dualidad, cada mañana, se daba maña para dar desayuno a las 6:00 A:M, antes de partir a su jornada laboral, a “ unos curaditos” , a quienes servía café con leche, y, unos sándwiches con marraquetas calientes, actividad que llevó a cabo durante muchos años, posteriormente, cumplía su jornada diaria como profesora hasta las 14:00 hrs, actividad que hacía con devoción total, preparando material complementario para sus alumnas, extractados de enciclopedias, biografías de personajes legendarios, artículos de revistas como Billiken, además de poesías de Gabriela Mistral, Pezoa Véliz, Neruda, Huidobro, Nervo, y, tantos otros.
Paralelamente, asistía a clases de Cruz Roja, dónde más tarde ejerció una suerte de apostolado atendiendo enfermos , y, heridos, dónde surgía otra faceta de su carácter, porque no se amilanaba ante la sangre, suciedad, y, otros tragos amargos que hay que superar en la atención médica, aún en estos días de mayores y mejores recursos, en estos cometido parecía, fría, dura, obstinada, perseverante, eficiente y eficaz, sin desmayos ni titubeos, siempre atenta y servicial.
Sin ser religiosa, fue cada jueves a orar a la iglesia de Los Sacramentinos, casi como un agregado a su agenda horaria escolar, porque, no iba a cualquier hora, debía ser a las 17:00hrs. ni un minuto antes, ni un minuto después, esa era la cita semanal con el Señor, jamás se atrasó , o, dejó de ir, pasara lo que pasara.
Ocasionalmente, concurría a obras de teatro, comedias, conciertos de música sacra, ópera, coros, comentando más tarde las payasadas de Lucho Cordoba, o, el buen papel de la Pury Durante, lo serio de Américo Vargas, anécdotas de Ramón Vinay, Hernán Pelayo, Mario Pascuetto, Arturo Toscanini, Herbert von Karajam, y, así, otros personajes, mezcla de realidad y ensoñación, dignos de admiración, héroes genéricos de la humanidad, el arte, o, lo que ella consideraba propio del humanismo histórico, chilenos , Andrés Bello, I. Domeyko, Gay, Philipi, universales, Gandhi, Bolivar, Teresa de Avila, A. Lincoln, B. Franklin..
Admiradora de la escritora y filósofa , Simon de Beauvoir, creía que las mujeres debían ser independientes, competentes según sus talentos, ojalá mejores que los hombres, aunque agregaba, “ bueno, esto del feminismo, conmigo llega hasta por ahí nomás, porque a mí, los hombre me encantan “…
Supongo que estas breves pinceladas delatan la personalidad de mi madre, agregando que bajo ese blindaje riguroso, se escondía una mujer sensible con pretensiones femeninas ciertas, hasta el último día de su vida, se peinaba y arreglaba para verse bien, mencionando que tenía unas piernas delgadas bastante lindas, sin ningún várice, según ella, todo ello era producto de tomar yogurt de pajaritos, ejercicios de respiración yoga, y, llevar una vida austera de generosidad y entrega hacia el prójimo, sin importar, color, ni credo.
Para terminar esta nota, voy a contar las palabras que le dediqué en la ceremonia fúnebre, que salieron absolutamente improvisadas, pero creo delatan la personalidad de mi madre. En mi niñez, leíamos los versos acerca de las aventuras y desventuras de El Cid Campeador, en que justamente había un pasaje dónde un leproso , le ruega al jinete andante..! agua, agua señor ¡, y, el caballero montado en el corcel blanco, ( Babieca ), se detiene, baja de la silla , y, le da el agua solicitada …. A lo que el mendigo, replica………. ¡ gracias, gracias, Mío Cid ¡ , ¿ Me conoces acaso?, pregunta El Cid, a lo que el leproso responde con otra pregunta, aseverando la siguiente frase, ¿ Es que hay en toda la hispanidad otro caballero que se detenga a dar agua a un leproso?, ¡ Mi señor, sólo El Mío Cid ¡, por eso, supe quién eras, tus actos dicen quién eres… Y, así nos emocionábamos con la nobleza de Rodrigo DÍaz de Vivar… Mi madre cerraba la historia con la frase.. “educo a mis alumnos , y, a mis hijos para que vayan en corcel blanco por la vida, pero, que jamás duden en detenerse y ayudar a quién lo necesite…. Así era mi madre, simple, directa, soñadora, honesta, entendiendo y compartiendo que todos los seres humanos tenemos mamás especiales, Sólo por el hecho de darnos la vida al nacer, fenómeno que las convierte en algo único, maravilloso, la Pacha Mama, la tierra, el universo cósmico se expresa en ellas, pudiendo agregar que en este caso singular, la señora en cuestión, mi madre, la Yolandita, la Nona, tenía ese toque metafísico que inmortaliza a todas las mujeres del mundo…! Gracias mamá por tu ejemplo de vida , tus enseñanzas, tu amor… ¡

PD :- Escribo esta nota como un homenaje a mi señora madre, y, a la vez, como testimonio a las generaciones futuras, porque hay héroes anónimos que vale la pena recordar, y, puedo asegurarles, que en este caso, la realidad justifica y supera la fantasía de las letras …